Reseña
Morin ha realizado en esta obra uno de los objetivos científicos más brillantes: devolverle al hombre su unidad, acabar con todas las barreras que separan al “hombre-cultura” de la “vida-naturaleza”, y a ésta, de la “física-química”. La muerte introduce la ruptura más radical y definitiva entre el hombre y el animal. Se puede decir que el hombre es hombre desde que entierra a sus muertos, siendo es ese momento cuando comienzan las creencias religiosas; el otro mundo. La magia, la brujería, el espiritismo, los chamanes, las creencias en la otra vida, en la resurrección, en la inmortalidad, nacen del intento humano de resolver el problema de la muerte. Las ciencias del hombre han soslayado sistemáticamente la cuestión. Con una agilidad sorprendente Morin aborda, partiendo de la biología, la problemática antropológica de la muerte, las concepciones que de ella tuvo el hombre primitivo, sus cristalizaciones históricas y esta contemporánea “crisis de la muerte”, que relaciona con la crisis de la individualidad; es decir, mediante un sistema abierto, interdisciplinario, se ocupa de las cuestiones antropológicas, históricas, sociológicas, psicológicas, filosóficas y políticas. Edgar Morin es reconocido, mundialmente, como uno de los pocos intelectuales que hoy se atreven a construir una gran síntesis. Sus libros son de lectura cada vez más imprescindible para todo aquel que quiera entender “los signos de los tiempos”. Entre ellos destacan: El paradigma perdido, Tierra-Patria, Autocritica. Para salir del siglo XX (todos publicados por Editorial Kairós) y la serie El método. Nacido en Paris, en 1921, Edgar Morin es actualmente director de investigaciones del famoso C.N.R.S. de Francia.