Reseña
El texto que el lector tiene en sus manos se inscribe en el ámbito del derecho económico nacional y en un modelo de desarrollo exportador de commodities y minerales, que traslada la riqueza del territorio nacional —recursos naturales de carácter minero o energético— a mercados externos, a cambio de una compensación económica exigua. La explotación minera, en consecuencia, forma parte del modelo de desarrollo económico vigente, cuyos antecedentes remotos vienen de la época colonial. México, país minero de América Latina, es prolífero en minerales preciosos, como el oro, la plata y el cobre, y en un completo universo de otros, como hierro, litio, manganeso, plomo y zinc, bajo un territorio de 32 millones de hectáreas y más de 25,000 concesiones autorizadas, aunque no necesariamente en explotación. Es más, México ostenta 500 conflictos socioambientales, de los cuales 180 son de origen minero.
Lo paradójico es que la actividad minera, a pesar de ser una vertiente activa en 26 entidades federativas, no ha sido registrada por abogados y juristas, y más que difundir la legislación minera como objeto de análisis y estudio, se observa una omisión sistemática en donde el régimen jurídico de los recursos naturales, los impactos socioambientales y las relaciones laborales están ausentes en los programas de las escuelas y facultades de derecho del país.
Este texto intenta cubrir ese vacío y, a través de seis capítulos, registrar un derecho minero integral actualizado, revalorando el patrimonio minero como riqueza nacional, que debe aportar progreso, por lo menos, a los 150 municipios implicados en este complejo extractivismo.