Reseña
Los suicidas del fin del mundo
Leila Guerriero
A fines de los años noventa, una ola de suicidios conmovió a Las Heras, un pequeño pueblo
petrolero de la provincia de Santa Cruz. La mayoría de los muertos tenía alrededor de veinticinco
años y eran habitantes emblemáticos de la ciudad, hijos de familias modestas pero tradicionales.
Sin embargo, la lista oficial de esos suicidios nunca fue confeccionada.
Leila Guerriero viajó a este desolado paraje de la Patagonia, habló con los familiares y amigos de los
suicidas, recorrió las mismas calles y visitó cada rincón del pueblo. El resultado es este relato
descarnado y preciso que no solo reconstruye los episodios trágicos de esos años sino que también
pinta magníficamente la vida cotidiana de una comunidad alejada de las grandes ciudades.
Las Heras, con su magma de desempleo y falta de futuro para los jóvenes, es un enigma cuya
resolución dista de ser definitiva: los suicidios, como un destino funesto, se sucedieron durante
mucho tiempo. Esta es una crónica inquietante que se lee con fascinación y que devela una realidad
marcada por el horror, los prejuicios y la indiferencia.
Existe un lugar donde mueren los sueños
Leila Guerriero
Leila Guerriero nació en 1967 en Junín, provincia de Buenos
Aires, y comenzó su carrera periodistica en 1991, en la revista
Página/30. Desde 1996 es redactora de la revista del diario La
Nación. Ha colaborado con diversos medios de Latinoamérica y
España, entre ellos Rolling Stone (Argentina), Lateral, Letras
Libres, El País (Montevideo) y la revista del Diario Universal
(México), y en publicaciones culturales argentinas como V de
Vian, Barrio Jalouin, Latido o Lamujerdemivida. Participó junto a
otras escritoras y periodistas, en el libro Mujeres argentinas
(Alfaguara, 1998). Publicado en Tusquets Editores Argentina
con gran éxito de crítica y de lectores, Los suicidas del fin del
mundo es una crónica inquietante que se lee con la fascinación
que despierta una buena novela y con el horror que suscita una
coyuntura marcada por el hastío, por la indiferencia de los no
implicados y por los prejuicios