Reseña
En febrero de 1933, en el Reichstag tuvo lugar una reunión secreta, que no estaba en el orden del
día, en la que los industriales alemanes —entre los que se contaban los dueños de Opel, Krupp,
Siemens, IG Farben, Bayer, Telefunken, Agfa y Varta— donaron ingentes cantidades a Hitler para
conseguir la estabilidad que él prometía. Desde ese año, Hitler ideó una estrategia de cara a la
comunidad internacional para anexionarse Austria «pacíficamente»; para ello, mientras se ganaba
la aquiescencia o el silencio de primeros ministros europeos, mantuvo una guerra psicológica con
Schuschnigg, el canciller austriaco, hasta que la invasión (un alarde del legendario ejército alemán,
que ocultaba graves problemas técnicos) fue un hecho.
Esta novela desvela los mercadeos y vulgares intereses comunes, las falsedades y posverdades,
que hicieron posible el ascenso del nazismo y su dominio en Europa hasta la Segunda Guerra
Mundial, con las consecuencias de todos conocidas. El orden del día narra de un modo trepidante y
muy novedoso, en escenas memorables, las bambalinas del ascenso de Hitler al poder, en una
lección de literatura, historia y moral política.